Aunque hace tiempo de la última, tengo mono de mostraros un nuevo par de zapatos...
En este caso son unos otros Gaziano & Girling. Ya sabéis lo aficionado que soy a la marca...
Son unos zapatos bastante "casual", ya que son Full Brogue a la vez que Derbys, y su color bastante claro como para ser llevados con traje (habrá quien le guste)... Eso si, no son los "tan" que tanto detesto. Cuestión de gustos...
Es un chestnut bastante original: No sabría definirlo. Marrón medio, color teja...He realizado algún experimento para tratar de oscurecerlos, pero el resultado no me gustaba demasiado, así que dejaré que el envejecimiento natural les de todavía más personalidad.
La horma es la ya comentada DG70 "Smart Round", que personalmente me encanta. El medallón es muy bonito, con "brogueing" de diferentes tamaños.
La "vega" es perfecta, y la parte trasera del zapato monta de forma perfecta sobre la delantera como todo buen derby. El borgue de esta parte vuelve a tener tamaños distintos.
La vista lateral es muy bonita, y en ella se aprecian unos magníficos acabados y la extraordinaria calidad de la piel
La trasera, no es del todo el Dogtail tradional, ya que acaba en el "brogue" de forma muy artesanal, como continuándola hasta el frente del zapato.
La suela, el ya clásico "bevelled waist" que tanto enamora de la marca, presente en la gama Prestige de John Lobb y en los Edward Green a medida.
Otra vista lateral...
Y otra más que muestra el zapato en su plenitud.
Una maravillosa pieza sport, que quedará genial tanto con un pantalón gris, como con un vaquero.
Qué zapatos más agradecidos a un buen cuidado, verdad? Alguien asoma por la derecha...
lunes, 21 de mayo de 2012
miércoles, 26 de octubre de 2011
Review de los Gaziano & Girling Hove en Dark Oak
Pues... Parece que si no hago análisis de zapatos, la gente por aquí no aparece así que... Deseo cumplido.
Hoy os presento el zapato que me enamoró definitivamente a Gaziano & Girling. La piel, la horma, el acabado... Es la marca cuyos zapatos más disfruto, especialmente la horma "Smart Round", que me es comodísima.
Por cierto, no sé si os habéis fijado, pero he conseguido poder poner fotos algo más grandes...
Los zapatos:
Hoy os presento el zapato que me enamoró definitivamente a Gaziano & Girling. La piel, la horma, el acabado... Es la marca cuyos zapatos más disfruto, especialmente la horma "Smart Round", que me es comodísima.
Por cierto, no sé si os habéis fijado, pero he conseguido poder poner fotos algo más grandes...
Los zapatos:
Como podéis ver, son unos zapatos de cosido noruego con 4 ojales y punta redondeada. Ya hemos hablado sobre estos modelos otras veces. La particularidad de este es el color de la piel, riquísima en matices, la horma, que estiliza mucho este acabado, que tiende a parecer cuadrado por el cosido frontal y que aquí se evita, y por la calidad general de los acabados, que es altísima.
El modelo es perfecto para Sport, y combina perfectamente tanto con vaqueros como con pantalones de pinzas o cualquier combinación que se os ocurra. La discreción del color es fundamental cuando se lleva un modelo que de por si puede llamar la atención.
Los 4 ojales y el cosido alrededor de la cordonadura son excelentes.
Lo mismo se puede decir de la parte superior, que está acabada a mano con tal perfección que parecería estar hecho a máquina.
Sin habla deja el cosido de la parte frontal. Supera con creces al visto en mis carmina y Edward Green, siendo estos dos últimos también fantásticos.
Más detalles de piel y cosido.
Primer plano de la trasera, de donde nace también el cosido refuerzo que va hasta la botonadura.
De lateral, el zapato también gana enteros, ya que es muy estilizado.
La suela, de calidad alta con el clásico acabado "Bevelled Waist". No hay más que decir de ella...
Los detalles, del modelo, escritos a mano en la lengüeta.
Vista desde arriba, junto a la mejor horma que he visto nunca para una marca de zapatos.
Otra preciosa foto del modelo.
Y, para que veáis lo importante de una buena limpieza, unas fotos de antes de dejarlos "bonitos" para este reportaje.
¿¿Se nota, verdad??
lunes, 24 de octubre de 2011
Relojes: Rolex Yacht-Master
En breve publicaré una nueva entrada zapateril, pero por el momento... Otro reloj.
En esta ocasión os presento uno de nis relojes favoritos de toda la gama que ofrece la casa Rolex: El Yacht-Master.
Tiene la apariencia de un sub, pero es un reloj más discreto, y está fabricado con Platino (de ahí su alto precio). En mi opinión, es el Rolex perfecto para combinar con traje, ya que es algo más estilizado, y no destaca tanto entre la vestimenta.
El bisel tiene los índices en relieve, lo que lo hace bastante original, aunque otros relojes hayan "robado· ya esta estética. La esfera es color platino, y la inscripción y la aguja segundera en rojo dotan de deportividad al conjunto.
En este modelo se echa de menos el antireflejos en el cristal, aunque es tradición de la casa sólo ponerlo en la lupa que amplifica el tamaño de la fecha.
La caja tiene una forma algo distinta de la de los subs, adaptándose con curvatura algo más a la muñeca que sus hermanos. La corona está firmada por la "idem" de la marca.
Una de las cosas que menos me gustan es el eslabón pulido central. Me parece un pelín hortera, aunque uno se olvida al minuto uno de calzarse el reloj.
La altura del reloj es muy razonable, lo que nuevamente lo hace cómodo para vestirlo en cualquier situación.
El cierre sería otro punto criticable del reloj, ya que es una "chapita", y no está a la altura del reloj y mucho menos de su precio.
Todo esto se olvida una vez puesto, ya que es el conjunto el que es equilibradísimo. Es uno de esos Rolex que no llama la atención de los demás, más discreto, pero muy del gusto de cualquier entendido.
Y, por último, donde tiene que estar:
En esta ocasión os presento uno de nis relojes favoritos de toda la gama que ofrece la casa Rolex: El Yacht-Master.
Tiene la apariencia de un sub, pero es un reloj más discreto, y está fabricado con Platino (de ahí su alto precio). En mi opinión, es el Rolex perfecto para combinar con traje, ya que es algo más estilizado, y no destaca tanto entre la vestimenta.
El bisel tiene los índices en relieve, lo que lo hace bastante original, aunque otros relojes hayan "robado· ya esta estética. La esfera es color platino, y la inscripción y la aguja segundera en rojo dotan de deportividad al conjunto.
En este modelo se echa de menos el antireflejos en el cristal, aunque es tradición de la casa sólo ponerlo en la lupa que amplifica el tamaño de la fecha.
La caja tiene una forma algo distinta de la de los subs, adaptándose con curvatura algo más a la muñeca que sus hermanos. La corona está firmada por la "idem" de la marca.
Una de las cosas que menos me gustan es el eslabón pulido central. Me parece un pelín hortera, aunque uno se olvida al minuto uno de calzarse el reloj.
La altura del reloj es muy razonable, lo que nuevamente lo hace cómodo para vestirlo en cualquier situación.
El cierre sería otro punto criticable del reloj, ya que es una "chapita", y no está a la altura del reloj y mucho menos de su precio.
Todo esto se olvida una vez puesto, ya que es el conjunto el que es equilibradísimo. Es uno de esos Rolex que no llama la atención de los demás, más discreto, pero muy del gusto de cualquier entendido.
Y, por último, donde tiene que estar:
Restaurantes: Restaurante Gundel en Budapest
Bueno... Sé que hace mucho... Pero no desaparezco. Prometo actualizaciones, aunque sean esporádicas. Deciros más sería mentir...
Hoy os actualizo uno de los mejores restaurantes en los que he estado en un viaje reciente, en una ciudad zapateril como pocas... Como si no tuviera uno bastante excusa con Vass, otro motivo más para visitar la ciudad.
Impresionante restaurante en Budapest, que todo sibarita debería visitar si pasa por la ciudad. Es un restaurante de los que ya quedan pocos, donde se puede ver a todo el mundo bien vestido, y todo cuidado hasta el más mínimo detalle. Hoy en día se puede comer muy bien o tener un ambiente increíble y lujoso, pero ver todo junto es raro.
Nada más entrar se puede ver que es un restaurante famoso. Fotos con autoridades (incluidos los Reyes de España), productos del restaurante... Nos reciben con una gran sonrisa, nos cogen los abrigos, y podemos cruzar las puertas.
Al cruzar al salón, una gran sala impresionante nos hace retroceder unos 80 años en el tiempo. Podría ser un restaurante de los años 30 perfectamente. Mesas separadas, ambiente animado, todo el mundo con chaqueta, grandes bodegones, muchísimo servicio, y una gran orquesta animando el ambiente.
La mesa y la cubertería, impresionantes. Todo cuidadísimo, y la mesa decorada con todo detalle. Sorprendía una lamparita que no tenía ningún tipo de cable (iría con pilas). Todo el mundo le daba la vuelta...
Dos tipos de pan, y la mantequilla fueron servida muy rápidamente, al igual que las bebidas. El servicio fue perfecto en todo momento, muy atento y simpático. Yo pedí uno de los menús, y fue servido rápido, y muy bien combinado con los platos de mi acompañante, que pidió dos platos de carta.
Servían los platos con una velocidad y armonía que he visto en pocos sitios. También me dejaron cambiar un plato del menú por el que quisiera de la carta, algo que tampoco ocurre frecuentemente.
Lo primero, un risotto con trozos de ave. Buen sabor, buena textura, generoso en trozos... Un plato muy sabroso.
Continué con una crema de calabaza muy buena. La sirvieron muy muy caliente (como acostumbran en estos países por el frío), pero tenía un sabor fuerte que la hacía, bajo mi punto de vista, un plato especial. Intenso y buen sabor.
Continué con uno de los platos estrella, champiñón sobre champiñón. Son como dos bombones de seta rellenos de crema de seta. Impresionantes, aunque sólo había dos trozos y tuve que dar a probar a mi acompañante... Eso sí, no me puedo quejar del menú, las cantidades eran perfectas en conjunto.
Y mientras, la orquesta seguía deleitando la velada, pasando por las mesas, tocando muy buenas piezas.
Luego llegó el plato principal. Filete de buey, trozo de foie, patatas y una salsa de quitar el hipo. Buenísimo.
Mi acompañante tomó carne con salsa holandesa, y era suave y cremosa, un gran plato también.
Llegaba justito al postre... Pero como resistirse a una crepe como esta con chocolate, y una receta que tiene muchos años y fama, con razón. Impresionante final. Mi estómago no daba para más...
Obviamente, un restaurante como éste no es barato. Pedí el menú con vinos, lo que encareció demasiado la cena. Podía haber pasado sin ellos, pero tenía ganas de probar los vinos húngaros, y mereció la pena. Blanco, rosado (el peor), tinto... Y, por supuesto, el dulce Tokay, que con el crepe uno casi tocaba el cielo.
la factura de dos personas (teniendo en cuenta lo del vino, pero que la otra persona comió de carta, lo que es más barato), ascendió a unos €190. Sin lo del vino y comiendo de carta, calculo unos 60-70 persona.
Lo dicho, una visita casi-obligada.
Por cierto, fijaros en el señor del cartel y el portero... Debe ser toda una institución...
Pronto, ¡algún artículo de los que más os gustan!
Hoy os actualizo uno de los mejores restaurantes en los que he estado en un viaje reciente, en una ciudad zapateril como pocas... Como si no tuviera uno bastante excusa con Vass, otro motivo más para visitar la ciudad.
Impresionante restaurante en Budapest, que todo sibarita debería visitar si pasa por la ciudad. Es un restaurante de los que ya quedan pocos, donde se puede ver a todo el mundo bien vestido, y todo cuidado hasta el más mínimo detalle. Hoy en día se puede comer muy bien o tener un ambiente increíble y lujoso, pero ver todo junto es raro.
Nada más entrar se puede ver que es un restaurante famoso. Fotos con autoridades (incluidos los Reyes de España), productos del restaurante... Nos reciben con una gran sonrisa, nos cogen los abrigos, y podemos cruzar las puertas.
Al cruzar al salón, una gran sala impresionante nos hace retroceder unos 80 años en el tiempo. Podría ser un restaurante de los años 30 perfectamente. Mesas separadas, ambiente animado, todo el mundo con chaqueta, grandes bodegones, muchísimo servicio, y una gran orquesta animando el ambiente.
La mesa y la cubertería, impresionantes. Todo cuidadísimo, y la mesa decorada con todo detalle. Sorprendía una lamparita que no tenía ningún tipo de cable (iría con pilas). Todo el mundo le daba la vuelta...
Dos tipos de pan, y la mantequilla fueron servida muy rápidamente, al igual que las bebidas. El servicio fue perfecto en todo momento, muy atento y simpático. Yo pedí uno de los menús, y fue servido rápido, y muy bien combinado con los platos de mi acompañante, que pidió dos platos de carta.
Servían los platos con una velocidad y armonía que he visto en pocos sitios. También me dejaron cambiar un plato del menú por el que quisiera de la carta, algo que tampoco ocurre frecuentemente.
Lo primero, un risotto con trozos de ave. Buen sabor, buena textura, generoso en trozos... Un plato muy sabroso.
Continué con una crema de calabaza muy buena. La sirvieron muy muy caliente (como acostumbran en estos países por el frío), pero tenía un sabor fuerte que la hacía, bajo mi punto de vista, un plato especial. Intenso y buen sabor.
Continué con uno de los platos estrella, champiñón sobre champiñón. Son como dos bombones de seta rellenos de crema de seta. Impresionantes, aunque sólo había dos trozos y tuve que dar a probar a mi acompañante... Eso sí, no me puedo quejar del menú, las cantidades eran perfectas en conjunto.
Y mientras, la orquesta seguía deleitando la velada, pasando por las mesas, tocando muy buenas piezas.
Luego llegó el plato principal. Filete de buey, trozo de foie, patatas y una salsa de quitar el hipo. Buenísimo.
Mi acompañante tomó carne con salsa holandesa, y era suave y cremosa, un gran plato también.
Llegaba justito al postre... Pero como resistirse a una crepe como esta con chocolate, y una receta que tiene muchos años y fama, con razón. Impresionante final. Mi estómago no daba para más...
Obviamente, un restaurante como éste no es barato. Pedí el menú con vinos, lo que encareció demasiado la cena. Podía haber pasado sin ellos, pero tenía ganas de probar los vinos húngaros, y mereció la pena. Blanco, rosado (el peor), tinto... Y, por supuesto, el dulce Tokay, que con el crepe uno casi tocaba el cielo.
la factura de dos personas (teniendo en cuenta lo del vino, pero que la otra persona comió de carta, lo que es más barato), ascendió a unos €190. Sin lo del vino y comiendo de carta, calculo unos 60-70 persona.
Lo dicho, una visita casi-obligada.
Por cierto, fijaros en el señor del cartel y el portero... Debe ser toda una institución...
Pronto, ¡algún artículo de los que más os gustan!
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